En esta entrada hablaré sobre el penúltimo taller realizado en relación a la vigilancia. En este caso ha sido una dinámica bastante distinta puesto que consistía en maquillarnos para que las cámaras no nos detectasen, es decir, evitan nuestro reconocimiento ante las cámaras.
He de admitir que fue una labor bastante complicada, puesto que no resulta nada fácil engañar a las cámaras, hay que dibujar a la perfección todos los rasgos marcados y colocar el pelo de la manera exacta para que la cámara no detecte nuestro rostro. Cada día son más los dispositivos que nos ofrecen la opción de activar el reconocimiento facial, vendiéndonos que es una manera más segura de proteger los archivos que se encuentran en nuestros aparatos.
Adam Harvey es el que diseño esta nueva manera de ocultar nuestro rostro a miles de cámaras. Durante la realización del taller también nos dimos cuenta que depende del dispositivo o la cámara la detección de los rasgos es más instantánea y efectiva o incluso no se detectaba. También hay que recalcar que no todos los dispositivos disponen del reconocimiento facial.
Los resultados obtenidos son los siguientes:
En mi opinión, ha sido una dinámica enriquecedora porque nos ha servido para conocer otra forma de poder "engañar" a las cámaras y que de esta manera no nos reconozcan. He profundizado en esto y también existentes prendas para el evitar el reconocimiento corporal.
La privacidad actualmente es algo de lo que carecemos, no disfrutamos de ningún tipo de privacidad personal, siempre estamos siendo vigilados y controlados. Debemos de luchar contra tanta vigilancia y tanto control y cosas son adecuadas para concienciarnos del poder de las cámaras y de todos los dispositivos que nos rodean. Vamos a ser futuros/as docentes y nuestros/as alumnos/as van a tener que crecer en un mundo lleno de aparatos electrónicos, cámaras, vigilancia, control, etc. y debemos de hacer que sean conscientes del futuro que les está esperando y hacer que hagan un buen uso de todo ese tipo de tecnologías y que sean conscientes de lo que buscan, lo que cuelgan en internet y de los mensajes que envíen, incluso de poner un reconocimiento facial en nuestro dispositivo, por que creo que no es la opción más adecuada. También pensamos que el reconocimiento dactilar también garantiza nuestra seguridad y protección, y lo activamos sin pensar en ello; pues estamos equivocados.
Las tecnologías no se han convertido en algo seguro, se han convertido en una amenaza, debemos de tener cuidado con cada acción que realizamos al usar estos aparatos. Nuestra privacidad esta en peligro y debemos de controlarla, nadie tiene porque saber lo que realizamos en nuestro día a día, al igual que a los que nos vigilan no les gustaría que nosotros/as supiésemos cada acción que ejecutan.
En definitiva, talleres como estos nos hacen más conscientes del peligro de las redes y al grado que hemos llegado para evitar que estás nos controlen o nos monotoricen todo lo que hagamos. Estoy muy contenta con el resultado, ya que todos/as nosotros/as hemos podido engañar a las cámaras mediante el maquillaje y nuestro propio pelo. Ha sido un buen trabajo realizado en equipo!